Los agricultores de la cooperativa Grufesa se esmeran estos días en preparar el suelo para tener la mejor base para el crecimiento de la planta de fresa. Antes de la plantación, que tendrá lugar en unos días, cuidan el terreno donde la planta tendrá que enraizar y dar sus frutos.

Para esto, se realizan cuatro operaciones a la vez: la formación del lomo de cultivo, el acolchado del mismo con plástico negro, la colocación de la cinta de riego y la desinfección del terreno para asegurar así el crecimiento idóneo de la planta.

En estas tareas es imprescindible la máquina alomadora que, arrastrada por un tractor, ejecuta las cuatro acciones a la vez. Según ha explicado el técnico de Grufesa Manuel Martínez, estas operaciones hay que realizarlas “en el momento clave de humedad del suelo, al que se ha aportado la cantidad exacta de agua que necesita, para que tenga un tempero adecuado”, esto es, la humedad exacta que da al suelo las propiedades idóneas para ser trabajado de forma correcta.

Martínez aclara que “si el suelo está muy húmedo el lomo se cae y no se forma bien. Si, por el contrario, está muy seco, se forman irregularidades en su interior que dificultan la plantación”.

Preparar adecuadamente el terreno es una de las tareas principales para contar, meses después, con la mejor fresa.