Luis Miguel Ollero llegó al campo por decisión propia. No lo había visto en sus padres, ni se trataba de un trabajo de tradición familiar. La fresa lo encontró y lo atrapó. Con ella lleva, simplemente porque le gusta este empleo, 17 campañas. “Vamos medio tirando”, asegura, aunque confiesa: “Espero jubilarme en mi campo, con mis fresas”.
Y para eso aún le queda ya que sólo tiene 36 años. Este joven moguereño es de la nueva generación que toma el relevo de los primeros productores de berries de la provincia. En el camino, le quedan por delante años de trabajo e incertidumbre porque, como indica, “cada campaña es un mundo”. La actual, sin ir más lejos, “empezó bien pero aún es pronto para valorarla”.
Ollero, que además de agricultor es vicepresidente de Grufesa, tiene plantadas fresas y arándanos. De las berries azules asegura que esta es su segunda campaña y que espera que dé buenos frutos, que Grufesa comercializará con la marca ‘Mr. Blue’. De la reina de los frutos rojos explica que es una berry delicada, “a la que hay que cuidar y dedicarle tiempo y esfuerzo” para obtener una fruta con la máxima calidad posible. Para Luis Miguel, la mejor parte de la campaña de la fresa, que es la que lleva acompañándole desde sus inicios, es la recolección de la fruta. Para realizarlo cuenta con “manos expertas”, personas que le acompañan cada año y que llegan a superar la treintena en el punto más fuerte de la campaña.
Durante su trayectoria, el trabajo en el campo ha cambiado mucho, “los agricultores estamos más formados en muchos temas y recibimos el apoyo de la tecnología”.
En esta labor como agricultor valora el trabajo de Grufesa como cooperativa: “estamos a la vanguardia en muchos temas, trabaja para que seamos innovadores, pioneros, nuestra fruta sea sostenible, natural, etc., buscando siempre lo mejor para el socio”.